NERO

Es el arrogante muchacho protagonista de la cuarta entrega de la saga, junto con Dante. En Nero se pueden observar dos esencias distintas: la mayoría de su cuerpo es humano, pero su brazo derecho conserva forma demoníaca. Se entiende a través de la metamorfosis que sufre Nero al enfrentarse a Agnus, que su brazo encierra (o podría encerrar) el espíritu del derrotado Nelo Angelo, o sea, la esencia de Vergil. Más motivos hacen que este hecho sea cierto, debido a que el brazo a medida que avanza la aventura va haciéndose con más poder, absorbiendo objetos, etc. También Bajo los comentarios de Berial y de Sanctus, se ha barajado que Nero sea la reencarnación de Sparda, ya que a Berial le recuerda a alguien que vio hace 2000 años (Sparda) y Sanctus se inclina ante alguien que posee la sangre de Sparda. Pero a pesar de todo, Nero es humano, al contrario que Dante, Nero es mortal.
Al principio, Nero cree que Dante es un asesino despiadado, pero después descubre que sus amigos y la orden para la que cumplía ciertos "trabajos especiales" eran realmente demonios que lo deseaban traicionar; ambos terminan siendo aliados.